sábado, 26 de enero de 2013

DIARIO DE UNA ADOLESCENTE

¡Hola! Aquí tenéis otra historia para leer. Es un poco corta, pero intentaré que la próxima sea más larga. Y, para los que estáis esperando la segunda parte de MI VIDA TRAS LA VENTANA, ya esta casi terminada y pronto estará en el blog. :) ¡Espero vuestros comentarios!

DÍA 1

No entiendo a mi madre. Vale, no es una manera de empezar a escribir y, vale, nadie entiende a su madre, pero es que lo que ha hecho me ha dejado pensando. Hoy es mi cumpleaños, y el único regalo que he recibido por su parte ha sido... ¡UN DIARIO! Y mira que le he dejado miles de indirectas para que por fin me regalara una moto. Todavía no me explico que se le habrá pasado a mi madre por la cabeza para pensar que una adolescente de 16 años con el carnet de moto recién sacado necesite como regalo un diario. Me ha dicho que era para que expresara mis sentimientos, mis dudas, mis miedos... Tonterías. Para eso están las amigas, ¿o no? El caso es que, cuando me ha dado el regalo y lo he visto tan pequeño, he pensado: 'Seguro que dentro de esta caja están las llaves de mi moto'. Pues no, menuda decepción. Pero bueno, a mi madre le hacía ilusión así que, habrá que aprovecharlo. Aunque todavía no sé cómo aprovecharlo. Solo tengo claro una cosa: Ni loca voy a usar un diario para escribir sobre mis sentimiento. Para que luego encima se me pierda y se entere todo el mundo de lo que me ronda por la cabeza y por el corazón. ¡Uf! Lo que tengo muy claro es que muy mal tendría que estar para darle al diario el uso que mi madre quiere que le dé. El caso, hasta que no averigüe el uso que voy a darle, se va a quedar en lo alto de la estantería, cogiendo polvo.

DÍA 2

Vale, ya sé el uso que voy a darle. Voy a usarlo para escribir mi vida. No mis sentimientos, mi vida. Los amigos que tengo, como soy, como son mis padres, mi familia, etc. Yo creo que es un buen uso, ¿no? Y, cuando lo termine, lo voy a publicar, para que el mundo sepa cómo es esta familia de locos. Decidido. Si a mi madre no le gusta, que se hubiera pensado mejor lo del diario. Será como mi pequeña venganza. Y, como la venganza es un plato que sirve frío, va a ser una venganza a largo plazo. Y punto. Estoy segura que, para mi próximo cumpleaños, se pensará mejor mi regalo.

sábado, 12 de enero de 2013

MI VIDA TRAS LA VENTANA~CAPITULO 1

¡Hola! Aquí tenéis otra de mis historias. ¡Comentadme qué os parece!



Odio ser la nueva. Odio ir andando por los pasillos de un nuevo instituto y sentir las miradas de decenas de personas sobre mi nuca, mientras abro la taquilla para coger mis libros. Odio todo eso y más. Pero mi madre parece que no se da cuenta porque, cuando consigo acostumbrarme a un instituto, a unos profesores, y cuando logro integrarme en un grupo de compañeros, ella va y me cambia de instituto. Pero no a un instituto de la misma ciudad, sino a otra distinta. Pero esta vez creo que he tenido suerte, aunque 'suerte' no es la palabra que mucha gente escogería. Me mandan a un internado, y me han prometido que voy a poder quedarme aquí lo que me queda de instituto. Genial...
Cuando fui a ver el internado con mis padres en verano, sentí que el alma se me caía a los pies. El internado es un oscuro edificio de arte gótico que me inspira más miedo que seguridad. Los próximos años van a ser una tortura, sobre todo porque tengo que llevar un uniforme penoso: falda a cuadros negros y grises, polo blanco y un jersey gris oscuro con el emblema del internado: dos cuervos negros como la más oscura de las noches volando sobre un tétrico campo de un verde sucio que da miedo de ver.
Lo primero que hice al ver que aquel oscuro edificio iba a ser mi residencia y mi sitio de estudio y, al fin y al cabo, donde iba a pasar mi vida durante los próximos tres años, fue poner la máxima distancia posible entre él y yo pero, por desgracia, mis padres me atraparon antes de poder siquiera salir del campus. Me dijeron que no tenía alternativa, que si quería terminar mis estudios en un sitio permanente tenía que ser aquí. Fue la única razón que me dieron, pero se les olvidó mencionar una razón de mucho más peso para ellos. Resulta que habían conseguido trabajo como profesores en el mismo internado en el que me habían inscrito. Que casualidad... El caso es que me pasé el resto del verano rogando y suplicando que no me mandaran a ese internado. No lo conseguí.
Así que aquí estoy. Hoy es el primer día de clase, y todavía no estoy preparada para afrontar lo que se me viene encima. Durante la llegada de los alumnos, me quedo en una de las esquinas más apartadas del portón de entrada, apartada, intentando no destacar. Por desgracia, todos los alumnos se fijan en mí, porque se nota a la legua que no encajo en este lugar. Definitivamente, los próximos cursos van a ser una auténtica tortura, aunque en este momento no soy consciente de lo ciertas que van a ser esas palabras en un futuro.

sábado, 5 de enero de 2013

EN EL SONIDO DE MI LLANTO

¡Hola! Aquí os dejo otra de mis historias. ¡Disfrutad!

Mi historia ocurrió hace dos veranos. ¿O quizá tres? No lo recuerdo, pero fue algo que me dejo una profunda marca.
Todo empezó a final de curso. Mi novio y yo llevábamos juntos casi un año y medio. Todo era perfecto, y yo me sentía como en una nube. Nunca pensé que esa preciosa nube rosa se convertiría demasiado pronto en una oscura nube de tormenta.
El baile de fin de curso era una fecha muy esperada por todos en el instituto, incluida yo. Ese día me dediqué toda la tarde a arreglarme, ya que era una de las pocas oportunidades que me quedaban de llevarme un buen recuerdo de mi novio en el instituto.
La verdad, mis padres se habían esmerado mucho: limusina, vestido de ensueño, un peinado espectacular... Cuando llegué al instituto, él ya me estaba esperando. Creo que me quede con la boca abierta, porque él se empezó a reír. Iba guapísimo: esmoquin negro, camisa, corbata... y esa luz le resaltaba sus preciosos ojos azules... Cuando me besó, noté algo raro en él. Me aparto y lo miro extrañada y, cuando me sonríe, no veo el brillo en sus ojos que siempre se refleja de su sonrisa.
Cuando entramos al instituto, un fogonazo de luz me deslumbra por un instante pero, cuando vuelvo a ver con normalidad, un brillo fugaz atraviesa mi mirada. ¡Es increíble! El vestíbulo de entrada parece otro: guirnaldas, bolas de discoteca y un enorme cartel en el que pone ''Fin de Curso'' decoran la entrada junto con miles de velas que lo alumbran. Si eso es la entrada, no me quiero imaginar la decoración del gimnasio.
Y no me equivocaba. La decoración del gimnasio era espectacular: una enorme bola de discoteca, mesas con todo tipo de cócteles, ponches y aperitivos, parejas bailando... Todo era perfecto.
Lo primero que hice fue arrastras a mi chico a la pista de baile. Al cabo de un rato, le pedí que me acercara un poco de ponche, porque estaba sedienta de tanto bailar. Busqué un sitio apartado para sentarnos cuando él volviera con el ponche. Veinte minutos después, yo seguía esperándole. Decido ir a buscarlo, porque es muy raro que todavía no haya vuelto.
Creo que esa fue la peor decisión que he tomado en mi vida porque, cuando llegué a la mesa del ponche, mi mundo se derrumbó por completo. Mi novio, la persona a la que le había confesado mis secretos y mis mayores miedos, la persona en la que más confiaba y a la que le había dedicado los mejores días de mi vida... Él, precisamente él, me había engañado, y en ese momento estaba besando a otra...
En ese momento no supe cómo reaccionar, y me quedé completamente petrificada, viendo como se destruían todos mis sueños. En cuanto la primera lágrima comenzó a caer por mi mejilla, me di la vuelta y salí corriendo a los jardines. Allí, me puse a llorar como nunca había llorado.
Todavía hoy, dos o tres años después, sigo pensando en cómo mi mundo se destrozó tan fácilmente. Pero tengo una cosa clara: la próxima vez que salga con alguien, me aseguraré primero de que mi insoportable hermana mayor tenga novio. Porque, sí, la chica a la que mi novio estaba besando aquella noche... era mi hermana.

miércoles, 2 de enero de 2013

UNA EXTRAÑA EXPERIENCIA

¡Hola! Aquí os dejo otra de mis historias. Es un poco larga, así que la iré publicando por partes. ¡Disfrutadla!

CAPITULO 1


Acabo de despertarme, y todavía veo cosas ardiendo y gente corriendo y gritando. Tengo miedo, y no sé muy bien cómo reaccionar. Lo único que se me ocurre es coger mi mochila y salir corriendo sin mirar atrás. Parece mentira que, hace tan solo unas horas, todo siguiera siendo perfectamente normal.
Me alejo de los restos carbonizados de un autobús y me meto corriendo entre los árboles de un frondoso bosque. Me paro a buscar agua en mi mochila y encuentro un par de papeles. Uno de ellos es un mapa del bosque en el que me encuentro. El otro, una nota. Estoy intrigada así que abro la nota. Una lágrima me cae por la mejilla cuando veo una sola frase escrita en el papel con la pulcra letra de mi difunto abuelo: “Cuando te encuentres en peligro, sigue este camino”.
Observo el mapa y me dirijo a mi primer destino, el comienzo del camino, un precioso claro a unos pocos metros de la linde del bosque. El camino está repleto de hojas y ramas que me arañan la cara y las manos. Al cabo del rato, cuando ya no puedo soportar más el escozor de mis arañazos, me alejo unos metros del camino para buscar un sitio donde pasar la noche y donde poder curarme las heridas. A lo lejos, todavía escucho explotar las últimas bombas. De pronto, caigo por un agujero oscuro y profundo. Caigo durante lo que a mí me parecen horas, aunque en realidad son solo unos pocos segundos.
Por fin, el trayecto llega a su fin. Parece un sitio cómodo, aunque no estoy segura porque sigo confusa por todo lo sucedido. Cuando mis ojos se acostumbran a la penumbra, noto un dolor agudo en la pierna derecha. No quiero mirar pero, al final, lo hago. Mala idea porque, en cuanto miro, las náuseas acuden rápidamente a mí. Una mancha rojiza me oscurece el pantalón. “Genial, lo que me faltaba”, pienso. Me levanto la pernera y, por suerte, la herida es pequeña y poco profunda, así que me arranco un trozo de camiseta a la altura del ombligo y me vendo la herida. Cuando termino, hecho un vistazo a mi alrededor y observo que he caído encima de algo suave. Cuando me fijo mejor, me doy cuenta de que es una sábana. Miles de preguntas llegan en menos de un segundo a mi mente: ¿Qué hace aquí una sábana? ¿Quién se habrá molestado en cavar este agujero? ¿Y por qué está señalado en el mapa de mi abuelo?

martes, 1 de enero de 2013

EN LA ARDIENTE OSCURIDAD


Esta fue la primera historia que escribí. Espero que os guste porque gracias a esta historia decidí empezar a escribir. Disfrutad! :)


Era una noche oscura en Arabia. Mi viaje me había sorprendido en medio del
desierto y con una luna nueva. El cielo era negro como boca de lobo. Tenía miedo
y frío, mucho frío. La temperatura del ambiente parecía haber descendido varios
grados durante la tarde. Decido encender una hoguera, aunque dudo unos minutos
sobre encenderla o no, porque tengo miedo de atraer a depredadores indeseados.
Al final, acabo accediendo, pero no paro devolverme hacia todos lados porque, por
desgracia, no puedo ver nada más allá del resplandor de las brasas, pero yo soy
visible desde cualquier sitio, así que podría estar muerta antes de poder ver a mi
atacante. Como no veo nada sospechoso, decido dormir un rato y proseguir con mi
viaje al alba.

Me despierto sobresaltada varias horas después. ¿Cuánto tiempo he dormido?
¿Dos, tres horas? No lo sé pero, por la claridad del cielo, deduzco que quedan un
par de horas para el alba. Miro a mí alrededor, pero no veo nada raro. Termino de
despejarme y me doy cuenta de algo en lo que no había reparado antes: ¡mi mochila
está medio vacía! Me levanto y empiezo a buscar alguna huella alrededor de las
brasas semiapagadas de la hoguera que encendí anoche. Después de varios vistazos,
descubro un rastro de huellas que se dirigen hacia el este. Como no parece faltar
mucho para el alba, decido ponerme en marcha.

Al cabo de unos minutos, llego a la conclusión de que, si el ladrón se fue hacia el
este, será porque hay alguna ciudad o poblado en aquella dirección. Llevo varias
horas caminando, y todavía no he divisado nada, el desierto sigue tan monótono
como siempre. Me paro a descansar y, de repente, algo aparece a lo lejos. No
puedo creer lo que ven mis ojos pero, sin embargo, lo es. Sí, lo es, ¡una ciudad!
Recorro lo más rápido que puedo los pocos kilómetros que me separan de mi meta.
Parece mentira lo rápido que anochece y, para cuando llego a la ciudad, ya es noche
cerrada.

Lo primero que pienso al entrar en la ciudad es en lo abandonada que parece,
aunque seguro que es mi imaginación. Recorro la ciudad en busca de alguien que me
acoja y, aunque la noche es fresca, un sudor frío baja por mi espalda. Me siento
amenazada y en mi nuca noto la mirada del depredador observando a su presa.
Estoy aterrada. Al cabo del rato, decido darme la vuelta para comprobar si alguien
me sigue. No consigo ver la cara de mi agresor, pero si el cuchillo que lleva en la
mano. Es lo último que veo antes de perder la conciencia.

BIENVENIDOS!!


Bienvenidos a mi blog, en el que iré poniendo, tanto las historias que vaya escribiendo, como recomendaciones de libros de los que he sacado ideas para comenzar a escribir. Espero que os guste y que lo disfrutéis. :)