martes, 26 de febrero de 2013

CAPITULO 3

¡Hola a tod@s! Aquí os dejo el tercer capítulo de MI VIDA TRAS LA VENTANA. Espero que os guste. ¡Y no olvidéis comentarme que os parece! :)



Mientras me instalo, noto una mirada en la nuca. Alguien me observa. Estoy sola en la habitación, así que es imposible que alguien me esté mirando, ¿o no? Me vuelvo inquieta hacia el armario. Nada. 'Deben de ser imaginaciones mías. Estoy nerviosa por el cambio y eso me hace notar cosas raras', pienso. De modo que sigo vaciando la maleta. Una hora después, ya estoy instalada, pero la sensación de que alguien me observa no ha desaparecido. Todavía inquieta, decido hacerle una visita a mis padres.
Mi habitación está en el ala norte del internado, junto con las habitaciones de todas las demás chicas. La habitación de mis padres está en el ala opuesta, en la sur, así que no tengo más remedio que atravesar el vestíbulo para llegar. Solo espero que no haya mucha gente en el vestíbulo. Por suerte, solo hay tres o cuatro personas que apenas se fijan en mi. Cuando ya casi he llegado al ala sur, otra persona entra en el vestíbulo. Lo supe nada más verlo. ¡Es el chico perfecto! Tendrá unos diecisiete o dieciocho años. Es un poco más alto que yo, bien formado. Tiene unos brazos fuertes, pero imagino que también son cálidos y dulces. Un buen refugio para un mal día. Tiene la piel morena, fruto de una vida bajo el sol. Su pelo es casi, casi, de la misma tonalidad que su piel. No lo lleva ni muy largo ni muy corto, con un toque moderno que le da un estilo desenfadado. Todo en él es perfecto, pero son sus ojos lo que más me llama la atención. Son de un azul tan intenso que no tienen nada que envidiar al azul del mar. Y su mirada... Tiene una mirada profunda, tan profunda que podrías adentrarte en ella y llegar a sus pensamientos. Lo miro embobada y, cuando pasa a mi lado, no puedo evitar aprovechar el deleitarme con su olor. Huele a playa, a brisa marina. Cierro los ojos para disfrutar al máximo de las sensaciones que me produce y, en ese momento, oigo un hermoso sonido. Abro los ojos y me fijo en que aquella risa proviene de él. Tiene una blanca y perfecta sonrisa, y una risa como mil campanillas resonando en el firmamento. Es justo en ese momento en el que me doy cuenta de que él me está mirando. Lo miro y me sonríe. No sé muy bien que hacer pero, finalmente, le devuelvo la sonrisa. Lo veo acercarse hacia mi. ¿Hacia mi? ¿Seguro? ¡Oh, no! ¡Viene hacia mi! Me pongo a temblar de puro nerviosismo esperando a que se acerque.
-¡Hola!- me saluda cuando llega a mi lado-. Creo que no nos han presentado. Soy Maynarce. Encantado.
-Yo soy Ireth. Soy nueva.
-Yo también- responde-. ¿Te apetece dar una vuelta?
¿Es a mí? ¡Pues claro que es a mí! ¡No hay nadie más en el vestíbulo!
-Me encantaría, pero tengo que ir a ver a mis padres. Son los nuevos profesores.
-Bueno, vale- me dice, un poco entristecido-. A lo mejor después de la visita a tus padres, ¿no?
-Claro, estaré encantada.
-De acuerdo, nos vemos aquí cuando termines.
Y, después de decir esto, se marcha a los jardines. ¡No puede ser! Es increíble la suerte que tengo. ¡Acabo de quedar con un chico guapísimo! Menos mal que todavía me queda ropa en el cuarto de mis padres. ¡No puedo aparecer con el uniforme del internado!
Sigo dándole vueltas a lo sucedido en el vestíbulo mientras me dirijo a la habitación de mis padres. Parece increíble que me haya sucedido precisamente a mí, que soy la chica con peor suerte del mundo. No hay más que ver el internado al que me mandan. No paro de darle vueltas a lo sucedido en el vestíbulo mientras me dirijo a ver a mis padres. Por eso, no escucho los pequeños pasos que suenan a mis espaldas. Alguien me estaba siguiendo sin que yo me percatase de ello.

domingo, 24 de febrero de 2013

LAURA GALLEGO GARCÍA

¡Hola a tod@s!
Hace unos 15 días, acudí a la conferencia de una de las escritoras que más me ha ayudado a engancharme al mundo de la lectura y la escritura, Laura Gallego García, y no podía perder la oportunidad de dedicarle una entrada solamente a ella. :)

Es una escritora valenciana, nacida el día 11 de Octubre de 1977. Empezó a escribir con 11 años, junto con una amiga, pero en aquel momento, ella no tenía planteado llegar a ser escritora. Tres años después, cuando su primer libro, Zodiaccía, un mundo diferente, se acabó de escribir, ya tenía claro que aquella era su gran pasión, y que quería ser escritora. Por desgracia, aquel primer libro, de casi 300 páginas, nunca llegó a publicarse.

Después de aquello, comenzó a escribir otras novelas que tampoco llegaron a publicarse. Pero no se rindió, así que, decidió mandar su novela número 14, Finis Mundi, al premio Barco de Vapor, en el que llevaba participando varios años y el cual no tenía ninguna esperanza de ganar. Por suerte para la escritora, su libro fue publicado, y a partir de ahí comenzó su larga carrera como escritora.
Empezó a publicar el resto de sus maravillosas novelas a los 21 años, y desde entonces no ha parado. Es una escritora simplemente brillante, con un toque fantástico y romántico que hace que sus historias enganchen.

Lo que más me llamó la atención de la conferencia, es que una de las novelas que más me gustan de ella, Memorias de Idhún, llevaba en su cabeza desde los 15 años, pero no la llego a escribir y a publicar hasta el año 2004. Nos contó muchas de sus experiencias como escritora, una de ellas es, por ejemplo, el Encuentro Idhunita que organizó con la salida de su libro. No se esperaba que fuera tanta gente, pero la masa de personas que se presentó fue increíble. También nos contó cómo hacía para conseguir esos nombres para sus personajes. ¿La respuesta? Sus personajes tomaban esos extraños nombres a raíz de sus razas o su lugar de procedencia. Por ejemplo: Victoria es una chica española, por lo tanto, su nombre también es español.

Surgieron bastantes preguntas, entre ellas, si nos podía desvelar algo de su próxima novela, que publicará el día 4 de abril. De momento, solo nos adelantó el título, El Libro de los Portales, pero no nos contó nada más para no desvelarnos el libro, ya que aún no está terminado.

Imagen sacada de http://tintaypiel.blogspot.com
Después de las diversas preguntas que Laura respondió, llegó el momento de la firma de libros. Fue algo interesante, ya que dependiendo del libro que llevaras para firmar, lo dedicaba con una frase u otra. Por ejemplo: La Emperatriz de los Etéreos lo dedicaba de la siguiente manera: 'Bienvenido al reino de la Emperatriz. ¡Abrígate bien!'; Donde los Árboles Cantan: 'Para que al pasar las páginas de este libro, escuches el susurro de los árboles cantores.' Y así con todos sus libros. Por último, nos prometió hacernos otra visita a los Onubenses. ¡Estoy deseando que vuelva!

PD: Aquí os dejo (para los que os interese) la primera novela que escribió: Zodiaccía, un mundo diferente. Espero que os guste y que os enganchéis a sus novelas.
Página web de la autora: http://www.lauragallego.com/
Libro: http://www.lauragallego.com/lecturas_zod.htm (Podéis leerlo desde aquí o descargarlo en PDF)
¡No olvidéis comentarme qué os parece! :)

domingo, 3 de febrero de 2013

CAPITULO 2

¡Hola! Aquí os dejo (por fin) la segunda parte de MI VIDA TRAS LA VENTANA. Espero que os guste tanto como la primera. ¡No olvidéis comentar!



Primer día de clase. La directora del internado, una mujer joven de unos 30 años, se levanta de su asiento en el escenario y se acerca el podio. Es una mujer alta y delgada. Su rostro, estirado a causa de un moño muy tirante que lleva sobre la cabeza, es fino y bien proporcionado: nariz recta, pómulos rosados y unos ojos de un penetrante verde oscuro. No sé que impresión quiere dar a los alumnos pero, entre su aspecto y la ropa que lleva, una falda de flores hasta los tobillos y una blusa blanca de botones, tiene pinta de ser la típica directora que pone los pelos de punta y que siempre aparece en clase con una regla de madera en la mano. Cuando se acerca al podio, el silencio se apodera de la sala. En ese momento, la directora comienza su discurso de principio de curso:
-¡Bienvenidos! Soy la Señorita Tinúviel, la directora de la academia. Mi propósito en este nuevo curso es, que tanto antiguos como nuevos alumnos, se sientan como en su propia casa, y para ello cuento con la ayuda de los profesores y de los propios alumnos, claro. Este año, tenemos dos nuevos profesores: la Señorita Ireth será vuestra profesora de biología, y el Señor Amras vuestro profesor de historia. Quiero que los hagáis sentir como en su propia casa. A parte de eso, sólo me queda deciros que disfrutéis del curso. Las listas de habitaciones están colgadas en el tablón, así que ya pueden instalarse.
Cuando la directora acabó su discurso, los alumnos se dispusieron a instalarse. Yo hice lo mismo. Tenía la esperanza de que me hubiera tocado sola en la habitación. Por desgracia, no fue así. Lo primero que vi cuando llegué a la habitación fue una pared llena de fotos. Se ve que mi compañera de habitación ya se había instalado. Estaba de pie delante del armario organizando su ropa cuando me vio pasmada delante de la puerta.
-¡Hola! Me llamo Iliana. Tú eres nueva, ¿no?
-Si. Me llamo Ireth.
-Encantada. Espero que no te moleste, pero ya he elegido cama. Me gusta dormir cerca de la puerta, no te importa, ¿no?
-Para nada, yo prefiero dormir cerca de la ventana.
-Bien, entonces creo que nos entenderemos perfectamente. Yo ya he terminado de instalarme, me voy a dar una vuelta. ¿Nos vemos luego?
-Vale- pero no creo que me haya escuchado porque, antes de poder responder, ella ya se ha ido corriendo a buscar a sus amigas. Así que, coloco mi maleta encima de mi cama y me dispongo a instalarme. Cuando abro la cremallera y miro el interior, me doy cuenta de que alguien ha metido más cosas de las que ya tenía: mis libros de mitología, mis historias, mis laminas de criaturas mitológicas... Se ve que mis padres querían que me sintiera como en casa. Siempre he sido aficionada a la mitología. El pensar que pueden existir criaturas como los dragones, las ninfas o los elfos, hace que mi mente empiece a imaginarse diferentes historias en las que ellas son las protagonistas. Pero, por desgracia, estas criaturas no existen, ni han existido nunca. No sé si es porque estaba mirando la maleta en ese momento, o porque no estaba prestando atención, pero en ese momento no me di cuenta de que, si me fijaba bien, podía ver dos pequeños ojos negros, muy brillantes, observándome desde lo alto del armario.